Sanromán: «Sigo para matar el gusanillo»
Con 40 años recién cumplidos, Sanromán se medirá al Racing con el AreasEn medio de la alineación del Cultural Areas, el domingo sonará por la megafonía de A Malata el nombre de uno de los artífices del histórico ascenso a Segunda A en el 2000. Porque Juan Carlos Sanromán se resiste a abandonar el fútbol, ya cumplidos los 40 años. «Estoy en Vigo, en casita, y la faena es que hay semanas en las que, por temas de trabajo, casi no entreno. Y eso se nota en esta Tercera tan competitiva. La semana pasada no pude ir, y la anterior, solo lo hice tres días», explica el centrocampista, formado entre el Celta y el Deportivo antes de recalar en el Racing.
Tras dos temporadas y media en Ferrol, puso rumbo a Cartagena, donde pasó tres años. Luego militó durante cuatro temporadas en el Ourense, y muchos aficionados del Racing le perdieron la pista. «Estuve en el Céltiga, tres campañas en el Nigrán, y ahora en el Areas. Si puedo jugar en Tercera, y no en Preferente, mejor. Nunca dejé de jugar. Porque si paro ya es para colgar las botas. La familita también está ahí», explica Sanromán.
«Aquí no continúas por dinero»
Al repasar los compañeros de su etapa en el Racing que siguen jugando, solo se acuerda de dos, Gonzalo Sueiro y Rubén Martín. O la memoria le falla, o las lesiones aprietan, o las ganas terminaron faltando a los jugadores de su generación. «Yo sigo porque me gusta, y para matar el gusanillo. Está claro que aquí no continúas por ganar dinero. Tiene que llenarte para seguir a esta edad. Si vas con desgana, ya es el momento de dejarlo. Ya no tienes 20 años, y te cuidas mucho para poder competir», explica Sanromán, habitual en el once del Cultural Areas, decimosexto clasificado de Tercera, con dos puntos de margen sobre el As Pontes, el primer equipo en zona de descenso a Preferente.
«Era un portento físico», explica el actual secretario técnico del Xerez, Pablo Rodríguez Méndez. «Ahora sales al campo y lo intentas. Compites, aunque no lo haces en igualdad de condiciones, porque todo se basa en el trabajo. Claro que, si sales al campo, hay que cumplir. Entre todos sumamos. Yo cuando vea que no puedo competir, me voy», añade Sanromán, habitual medio centro en el esquema de Serapio Lama, «con uno o dos pivotes».
Sanromán ya habla como el veterano que es. «Algunos jóvenes, no todos, no aprietan tanto como nosotros antes. Lo tienen todo, buenas instalaciones y facilidades, pero si hay barro o un campo encharcado, ya son problemas. Quieren hierba sintética, agua caliente, y demás. Antes la juventud quería jugar al fútbol, en la calle o en donde fuera, pero ahora ya no ves a los niños por ahí jugando en cualquier parte», reflexiona el jugador vigués.
